2.1.1.- De los primates al homo. (2) Hasta el género homo.

Las especies conocidas más cercanas a nosotros y nosotros mismos, formamos la superfamilia de los hominoideos y nuestra separación del resto se produjo al optar por una determinada forma de viajar entre los árboles que se denomina braquiación y que consiste en utilizar nuestros brazos y nuestras manos para ir colgándonos de rama en rama. Los macacos, por ejemplo, optaron por caminar sobre ellas sujetándose con sus cuatro extremidades en lugar de viajar por debajo colgando de ellas. Esta simple diferenciación marcó dos líneas evolutivas distintas. Nuestra anatomía fue adaptándose desarrollando unos hombros flexibles como los nuestros, espaldas anchas, brazos largos y fuertes y unas manos que nos sujetaran firmes y seguras a las ramas. De hecho, está fue la primera vez que ensayamos la posición bípeda (vertical), pero al revés.  Nuestros pies, que aún conservaban el dedo opositor, quedaba  libres para coger fruta, como después sucedió con las manos. Los que mejor han conservado esta forma de viajar son los Gibones, de los que nos separamos hace unos 20 m de años.