2.- Hominización y humanización.
2.- Hominización y humanización.
La unidad anterior acabó con la identificación de los elementos comunes a todos los seres vivos del planeta. Craig Venter nos señalaba una pequeña estructura compuesta por la información contenida en el ADN y un mecanismo (ARNm y ribosomas) que permite traducir esta información y producir diferentes sustancias (proteínas) que sostienen y reproducen la vida.
Sabemos también, que este motor nuclear de todo lo vivo conocido va perfeccionándose adaptándose a los diferentes entornos que le rodean mediante la selección natural y la deriva genética. Las mejoras van almacenándose en el ADN en estructuras básicas de información que llamamos genes, y que pasan de generación en generación. El resultado de todo esto es una inmensa diversidad de seres vivos que, compartiendo el mismo motor nuclear, han ido adaptándose a los diferentes entornos y a sus constantes variaciones.
Para poder estudiar toda esta diversidad, las variantes de este motor vital se agrupan según su parecido en especies, géneros, familias, órdenes, clases, filos, reinos y dominios. Una de estas adaptaciones somos nosotros, y este proceso de adaptación que nos lleva hasta ser lo que somos, se denomina Hominización; y su resultado, nuestra especie, recibe el nombre de Homo Sapiens Sapiens.
Este proceso evolutivo contiene algunos momentos de especial relevancia y que van marcando nuestra especificidad. Uno de esos momentos es el surgimiento de un grupo de seres vivos que forman el Reino Animalia y que se caracterizan por tener un tipo de células muy especiales que mejoran considerablemente el potencial de adaptación de los seres que las poseen, las Neuronas.
Con el desarrollo de estas células y la aparición de sistemas nerviosos de una cierta complejidad, se puede recibir información del medio y responder a los posibles cambios de una manera mucho más rápida y eficaz que con el sistema de adaptación genética. Es decir, permite que la adaptación se produzca al nivel de la conducta, y no al nivel biológico del ADN.
Este nuevo tipo de adaptación basado en los sistemas nerviosos se denomina aprendizaje y si este se dan en especies sociales como la nuestra, que permiten que los aprendizajes pasen de generación en generación, las posibilidades de adaptación se multiplican enormemente.
Estos aprendizajes que se transmiten de generación en generación se denominan Cultura, y este nuevo mecanismo de adaptación cultural se denomina Humanización.
A lo largo de esta unidad, iremos profundizando más en cada uno de ellos. El objetivo último es tratar de acercarnos a la respuesta de la pregunta ¿qué somos?, averiguando, de momento, de dónde venimos.