1.3.1.- Razón teórica

Hemos establecido que un elemento imprescindible para nuestra estrategia de supervivencia (solucionar problemas) es la posibilidad de construir un conocimiento suficientemente preciso de la realidad que nos rodea. Para ello, disponemos de un sistema de recepción de información del exterior (nuestros sentidos externos) que nos proveen de datos vitales para permitirnos desenvolvernos con un cierto éxito por nuestro mundo. En nuestro ejemplo anterior, sin poder ver difícilmente podríamos localizar el manzano al otro lado de la orilla.

Pero con este tipo de información no es suficiente. Necesitamos además, otro tipo de conocimientos que exigen una elaboración más profunda por parte de nuestro cerebro. Necesitamos conocer el funcionamiento de esa realidad descrita por nuestros sentidos, ¿qué relación hay entre el agua del rio y mi respiración?, ¿por qué la madera flota y la piedra no ?, etc. La suma de todos estos conocimientos es lo que se denomina una cosmovisión, es decir, un "mapa" aproximado de qué es y cómo funciona el lugar en el que he de vivir, nutrirme y reproducirme.

En la construcción de esta cosmovisión podemos encontrar las tres actividades racionales que son nuestro objeto de estudio: el mito, la filosofía y la ciencia. Las tres actividades buscan ofrecernos este "mapa" de la realidad utilizando estrategias distintas que a veces son excluyentes entre si, y otras requieren de la mutua colaboración.