3.2.- La teoría de la evolución. Desarrollo.
Desde su aparición, la teoría de la evolución por la selección natural de Darwin fue sometida a un profundo análisis que llevó, a lo largo del siglo XX, a completarla con aportaciones sobre todo llegadas de la genética. El resultado de todas estas aportaciones y modificaciones es lo que se denomina la Teoría sintética de la evolución, y que es el paradigma de la biología contemporánea. Veamos algunas de estas aportaciones.
3.2.1.- A. Weismann y el neodarwinismo.
Weismann introdujo en el estudio de la evolución biológica una serie de conceptos importantes que permitieron ir aclarando la confusión en lo inicios de la teoría. Diferenció primero entre germen y soma, siendo el germen lo que hoy entenderíamos como información genética y el soma como el cuerpo que se desarrolla a partir de la información contenida en el germen.
Su segunda gran aportación consiste en establecer lo que se denomina la "barrera de Weismann", que no es otra cosa que la certificación de que la información hereditaria viaja en un solo sentido: del germen al soma, y nunca a la inversa. Los gametos sexuales son los que contienen la información que pasa de progenitores a descendientes, y estas células no sufre modificación por la acción del medio. La conclusión a la que se llega después de Weismann, es que la propuesta de Lamark resultaba definitivamente inviable.
3.2.2.- El mutacionismo. H. de Vries y T.H. Morgan.
Durante más de 30 años, las investigaciones de Mendel no fueron conocidas por la comunidad científica. En este lapso de tiempo, unos pocos investigadores volvieron a re-descubrir las mismas leyes por caminos independientes. Entre estos investigadores se encontraba Hugo de Vries que además introdujo el concepto de mutación. A partir a ahora la materia prima sobre la que trabaja la selección no son solo las variaciones individuales, sino que también juegan las mutaciones, grandes o pequeños errores o modificaciones aleatorias de la información, que permiten explicar los cambios en un tiempo mucho más breve.
Los estudios de Hugo de Vries fueron confirmados y ampliados por Thomas Hunt Morgan. Sus estudios sobre la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster), permitieron por un lado diferenciar entre micromutaciones (pequeños errores en la transcripción de la información) y macromutaciones (grandes errores). Frente a De Vries que apostaba por las macromutaciones como fundamento de la evolución, Morgan consideraba que eran las micromutaciones las que jugaban el papel principal.
Por último, sus estudios sobre las mutaciones en la mosca, le permitió presuponer la existencia de los cromosomas como la unidad de transmisión de la herencia.
3.2.3.- El descubrimiento del ADN.
El descubrimiento del ADN constituye el mayor logro de la biología molecular a lo largo del siglo XX. Watson y Crick, en 1953, culminaron un trabajo de muchos investigadores y de muchas décadas, dando forma y estructura definitiva a la molécula del ácido desoxirribonucleico.
Morgan nos había dejado al nivel de los cromosomas, pero aún tocaba descender más para poder llegar a entender el mecanismo de la herencia. Se sabía que la unidad que contenía la información era algo de dimensiones muy pequeña (Schrödinger calculó que con los experimentos de Morgan se podían calcular unos 1000 átomos como el tamaño medio de esas unidades). Rosalind Franklin consiguió fotografiar el ADN, y Watson y Crick, terminaron de comprender qué era y cómo funcionaba.
Este contenía toda la información necesaria en un código muy parecido al binario o al morse, compuesto por cuatro bases: citosina, timina, adenina y guanina, formando inmensas cadenas cuyo desciframiento total, llevó a la ciencia los cincuenta años restantes del siglo XX.
