Los tipos de problemas que tratamos de solucionar pueden llegar a ser muy diferentes unos de otros, pero la estrategia para solucionarlos comparte siempre una misma estructura. Necesitamos primero, conocer el problema. Es decir, necesitamos disponer de un mapa de la realidad que nos rodea, del lugar que ocupamos en esa realidad y de los detalles concretos que determinan la existencia del problema a resolver. Este tipo de conocimientos del marco de la existencia es lo que denominamos razón teórica.
Tomemos como ejemplo un hambre atroz que atenaza a un habitante de Altamira después de pasar una jornada pintando en el interior de una cueva. Observa un manzano cargado de fruta en la otra orilla del río y su solucionadora de problemas se pone automáticamente en marcha. Lo primero es conocer qué le sucede a nuestro organismo: reconocer las señales de urgencia que emite y en qué consisten. Lo segundo, conseguir información de la realidad que nos rodea, localizar lo que necesitamos (las manzanas) y saber cosas como que en el agua no puedo respirar, que la madera flota, etc. Sin este marco teórico, sin saber que necesito manzanas y no piedras y todo lo demás, no seríamos capaces de solucionar el problema.
Pero con esto no es suficiente. Una vez completada la construcción de la realidad y del lugar que ocupamos en ella, llega el momento de valorar la situación, tomar decisiones y ponerse en marcha.
Ya se que tengo hambre y que si llego al manzano de la otra orilla solucionaré el problema, pero ¿cómo lo hago?, ¿me lanzo al río sin saber si lo lograré cruzar?, ¿utilizo un tronco de madera?, ¿cojo manzanas también para mi grupo?, ¿corro demasiado riesgo y es preferible renunciar a las manzanas y aguantar el hambre hasta encontrar otra fuente de alimento? Todo este tipo de cuestiones es a lo que nos referimos cuando hablamos de la razón práctica, la otra mitad de nuestra racionalidad.
La situación se complica mucho si en lugar de un problema "pequeño" como el descrito, tratamos de solventar el problema que trata de reflejar la imagen de esta página, ¿cómo solucionamos la destrucción de nuestro medio ambiente?, ¿qué tipos de conocimientos teóricos necesitamos? y sobre todo, ¿cómo tomar las decisiones correctas?
Vamos, de momento, a profundizar un poco más en qué elementos constituyen la razón teórica y cuáles la razón práctica y cómo se articulan a la hora de actuar.