Anaximandro de Mileto

Para Anaximandro, discípulo de Tales, el arché es el ÁPEIRON, lo indefinido. La solución de Anaximandro supone un avance respecto de la de Tales en el sentido de que afirmar como principio una realidad desconocida, indeterminada, facultaba la tarea de explicar el surgimiento de todas las cosas a partir de una sola realidad. Para Anaximandro no era correcto pensar que de uno de los elementos conocidos pudiesen surgir todos los demás. Consideró que el arché del universo debía de ser un elemento común a todos los elementos conocidos. Este elemento común daría lugar, bajo unas condiciones al agua, a la tierra, al aire o al fuego.