Heráclito de Éfeso
Es uno de los autores más importantes junto con Parménides. Sigue la tradición de los filósofos jónicos afirmando que el arché del universo es un elemento natural: el fuego. Pero la importancia de este autor estriba en ser el primero en destacar lo dinámico del mundo sobre lo estático. Su sentencia más conocida, "todo cambia y nada permanece" es un auténtico alegato de la naturaleza dinámica de las cosas, lo que supone una apuesta por el elemento irracional en el mundo.
Todo está en continuo movimiento y por lo tanto, cuando queremos hablar de una realidad, en el tiempo que hablamos, esa realidad se ha transformado o incluso desaparecido. “No podemos bañarnos dos veces en el mismo río. Cuando acudimos por segunda vez, el agua en el que nos bañamos la vez primera ya no está presente”. ¿Existe entonces realmente el río?
Heráclito va más allá y afirma que el devenir en que consisten las cosas no es un movimiento caótico, sino regido por una ley : el logos. El Logos es una especie de razón universal que controla y determina el cambio en el mundo, nada escapa al logos. La razón del hombre, no es sino una pequeña parte de esta razón universal.