La filosofía y la ciencia fueron ganando el terreno del Mito y la Religión gracias a mostrar la necesidad de un método adecuado para poder alcanzar los conocimientos o las "verdades".

La revelación divina durante muchos siglos ha sido considerada un método de conocimiento válido para alcanzar la verdad. Todavía, a día de hoy, muchas personas religiosas así lo consideran. Así, la confianza que tengamos en los métodos que utilizamos, es la confianza que trasladamos a los resultados obtenidos con ese método. Por eso es tan importante su estudio y su análisis.

Una de las dedicaciones más importantes de la filosofía ha sido tradicionalmente el estudio de nuestra forma de conocer y de los diferentes métodos que nuestra razón utiliza. Esta parte de la filosofía recibe el nombre de EPISTEMOLOGÍA. "Episteme" es un término griego que podemos traducir por ciencia, mientras que del apellido "logía" ya dijimos que hacía referencia a Logos, y que podríamos traducir como un estudio lógico o racional de la episteme.

Hay muchas ciencias que llevan este apellido, Biologia, Geología, Antropología, etc., y en todas ellas significa lo mismo, el estudio racional o lógico de la vida, de la tierra, del ser humano, etc. Esto debería darnos una pista de cómo el logos se va aplicando a diferentes realidades aún siendo básicamente el mismo.

La creciente especialización de las ciencias y las enormes diferencias que podemos encontrar a la hora de estudiar la estructura atómica de la realidad o las causas de la Revolución Francesa, hace que unas ciencias puedan aplicar determinados métodos que otras sencillamente no pueden.

En el siglo XVII, el filósofo Descartes escribió un libro titulado el Discurso del Método en el que intentó mostrar la importancia de establecer un método claro y estricto para marcar bien el camino de la razón. Las cuatro reglas básicas que establece su método para el funcionamiento son un ejemplo de la búsqueda histórica que han llevado a cabo la filosofía y la ciencia, del rigor y de la libertad de pensamiento.