Parte 2. Disertación.
Una vez concluida la primera parte de la actividad, deberíamos tener una idea básica de cómo se ha intentado responder a la pregunta de ¿qué es la realidad? Al menos, conocemos la opinión de dos fílósofos clásicos como Platón y Descartes, y una visión contemporánea del mismo problema. También disponemos de información sobre cómo los humanos nos hemos enfrentado a la realidad desde que tenemos noticias. Hemos visto cómo era la realidad en los mitos o cómo se desarrollaron las primeras explicaciones de los presocráticos, tan diferentes y sugerentes.
Ahora nos toca profundizar un poco más. Seguro que entre todas las opiniones conocidas, hay alguna o algunas con las que nos identificamos más que con otras. Seguro que todos tenéis vuestra preferencia por Parménides o por Heráclito, por Pitágoras o por los atomistas. Nuestras preferencias pueden ser un buen punto de inicio para ir construyendo nuestro discurso. Necesitamos:
Completar la información. Hay que realizar una búsqueda de información fiable que nos permita ampliar el conocimiento sobre aquellas respuestas que más nos gusten, o buscar otras más contemporáneas y actuales.
Organizar la información. Debemos ir ordenando todas las ideas que se nos vayan ocurriendo o aportaciones que nos resulten interesantes ya sea a favor o en contra de nuestra opinión.
Construir el discurso. Cuando tenga claro qué y cómo lo voy a decir, es cuestión de sentarse sobre una página en blanco y empezar a trasladar de forma ordenada mis ideas a palabras.
Puede parece muy complejo, pero no lo es tanto. En el siguiente documento tenéis unas indicaciones prácticas de cómo de debe argumentar correctamente una opinión y de cómo se puede redactar.