FILOSOFÍA SECUNDARIA - Unidad 2. 1.2.Nuevos paradigmas: Evolución y Complejidad

1.2.- Nuevos paradigmas: Evolución y Complejidad.

Una vez que conocemos qué es un paradigma, podemos tratar de entender en qué consiste el paradigma o los paradigmas contemporáneos que marcan, entre otras cosas, la forma en la que construimos nuestro mapa de la realidad, nuestra cosmovisión.

Importante es que comprendamos que los conceptos de paradigma y verdad absoluta son casi incompatibles. La razón humana ya es consciente de sus limitaciones y debilidades, así que lo que nos vamos a encontrar en esta unidad, más que verdades inamovibles, son las humildes conquistas de territorio que miles de personas han ido ganando a la ignorancia y a la oscuridad. Todos los grandes científicos, los grandes filósofos que quieren saber, saben hoy que sus teorías antes o después serán superadas por otras mejores, y esto es algo que no les empequeñece sino que los engrandece.

Dicho esto, debemos remontarnos a la segunda mitad del siglo XIX y princios del XX para buscar los elementos sobre los que se sustenta la cosmología contemporánea. En este tiempo diferentes ciencias realizan aportaciones capitales para la comprensión que hoy tenemos de nosotros mismos. Tanto la Física, con las teorías de la relatividad y la cuántica, como la biología con la teoría de la evolución, son determinantes e incluyen en su mochila una concepción de la realidad y del ser humano que llega hasta nuestros días.

Los siglos XVII, XVIII y primera parte del XIX, son los siglos del racionalismo y de los grandes avances en las ciencias. Galileo, Descartes, Newton, etc.. ofrecían una explicación bastante útil de qué era la realidad y como se comportaba. La humanidad había conseguido desentrañar el extraño movimiento del sol y de los planetas con una gran precisión, y sus descubrimientos servían para el progreso humano en forma de avances tecnológicos mágicos como los primeros motores. Parecía que estábamos en el camino de descubrir todos los misterios de la naturaleza utilizando nuestra razón.

Sin embargo, este mundo absolutamente racionalista en el que el universo era un mecanismo de reloj por descubrir, no encontraba encaje para explicar la vida en general, y al ser humano en particular. Como seres naturales que somos, no nos queda otra que formar parte del mecanismo del reloj universal, sin embargo eso implicaba renunciar al libre albedrío, a nuestra libertad.

Spinoza Excomulgado. Samuel Hirszenberg. 1907

Así, que la confianza absoluta en la razón llevó a los filósofos y científicos a optar o bien por conservar a dios y el alma humana como principio explicativo de la realidad (la nuestra), o a someter la conducta humana al mecanismo universal que rige todos los movimientos del universo. Descartes y Newton, por ejemplo, optaron por la primera, Spinoza sin embargo, optó por la segunda. Negó el libre albedrío y por ello fue excomulgado.

A partir de la 2ª mitad del siglo XIX, esta concepción clásica de la ciencia y la realidad empezó a cambiar. La idea de la evolución de las especies (incluyendo la nuestra) y el descubrimiento de que el funcionamiento del universo a veces se parece más a la conducta caprichosa y errática de un niño en una pastelería que a un reloj, han ido imponiéndose desde entonces. Veamos cómo se produjeron estos cambios de paradigma.

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