1.2.2.- El paradigma de la Complejidad.

Igual que sucede con el paradigma de la evolución, la idea de la complejidad trasciende por completo las fronteras entre las diferentes ciencias y afecta a la forma general que tenemos de entender la realidad.

Para comprender adecuadamente el cambio de paradigma debemos regresar a la idea clásica de la ciencia que surgió después de Galileo y Newton. Según esta concepción clásica, la realidad era un mecanismo similar a un reloj que seguía las leyes universales que iba descubriendo la ciencia. Igual que la humanidad había desentrañado el movimiento del sistema solar, todos los demás fenómenos naturales eran analizables y predecibles del mismo modo. Este paradigma concluía en una concepción absolutamente determinista de la realidad.

Un físico francés, Laplace, propuso un experimento mental para explicar esta concepción. Su propuesta se conoce como el "demonio de Laplace", y al igual que le pasaba al "genio maligno" de Descartes, nuestro demonio era una inteligencia divina imaginada que conocía todas las partículas (átomos) que componían el universo, su posición exacta y su movimiento. Laplace se preguntaba si este demonio podría predecir la posición exacta de esas partículas en el futuro. La respuesta es que sí. Nuestro demonio sabía exactamente qué pasaría en el futuro y qué pasó en el pasado. Simplemente tenía que hacer los cálculos necesarios y aplicar las leyes de la mecánica de Newton.